Nuestro cuerpo necesita “limpiarse” frecuentemente en su interior para poder regenerarse, asimilar mejor los alimentos y prevenir enfermedades.

Como ya sabemos, la osteoporosis, es una enfermedad que debilita los huesos volviéndolos más porosos, frágiles y propensos a quebraduras.

La hipertensión arterial es el aumento de la presión arterial de forma crónica. Es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y, si no se trata, puede desencadenar complicaciones severas como un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede evitar si se controla adecuadamente.

Podemos decir que un antioxidante es una molécula capaz de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas. Las reacciones de oxidación pueden producir radicales libres que comienzan reacciones en cadena que dañan las células.

Somos lo que comemos… Una frase muy utilizada, y totalmente cierta, ya que nuestra alimentación determina enormemente nuestro aspecto físico, y no solamente a nivel de peso, sino que también nos ayudará a vernos radiantes en cualquier momento.

El chocolate es el alimento que se obtiene mezclando azúcar con dos productos que derivan de las semillas del cacao que son: la pasta de cacao y la manteca de cacao. A partir de esta combinación, se elaboran diferentes tipos de chocolate que dependen de la proporción entre estos productos y de su mezcla con otros productos como leche o frutos secos.

El corazón es el responsable de llevar sangre, con todas las sustancias nutritivas, a cada una de las partes del cuerpo. Nuestra alimentación cumple un papel muy importante para el funcionamiento del corazón, por lo que debe recibir todos lo nutrientes en cantidades suficientes para continuar latiendo alrededor de 80 veces por minuto, cada hora, de cada día del año.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos beber 2 litros de agua al día o su equivalente a 8 vasos, para mantener al organismo sano e hidratado.